Escrito por: Alessa Basso Valladares

Descubre la historia detrás de Encuentados, un emprendimiento que utiliza cuentos para fortalecer la inteligencia emocional infantil y sanar a familias. Yamile Bravo, alumna de la facultad de Psicología, y Gabriela Chong, de nuestra Facu, son las mentes creativas detrás de este proyecto y hoy comparten su emocionante viaje desde la idea inicial hasta ganar el segundo puesto en el concurso Primer Paso 2023. 

Felicitaciones por haber obtenido el segundo puesto en el concurso Primer Paso 2023. Cuéntenos sobre Encuentados 

Yamile: Encuentados es un emprendimiento que utiliza los cuentos para trabajar la inteligencia emocional infantil y también sanar a familias. Los cuentos son la herramienta principal para que los niños puedan conectar con sus emociones y tener un aprendizaje constante en su vida diaria. 

Gabriela: Actualmente estamos creando una aplicación que traspase todo lo que hacemos en los talleres a la virtualidad y de esa manera poder conectar con más infantes y sus familias. 

¿Cómo nació la idea de crear este emprendimiento?

Yamile: La idea surge en la pandemia, ya que notamos que había un vacío en la psicoeducación infantil, más aún en momentos tan complicados. Los niños sentían emociones bastantes desagradables por la coyuntura y yo empecé a ayudarlos a regularlas a través de nuestros talleres y los cuentos. Fue una experiencia increíble poder conversar acerca de ellas y acompañar a sus familias. 

Gracias a esta idea pudieron postular al concurso Primer Paso ¿Cómo fue que decidieron lanzarse a esta competencia?

Gabriela: Estaba llevando el curso de Gestión Empresarial, que está en la malla de Comunicación. Recuerdo que en una clase  vino un profesor anunciando el concurso y como en ese tiempo ayudaba a Yamilé con los talleres, le comenté sobre la oportunidad. Lamentablemente, la primera vez que participamos en el concurso no ganamos, pero ya con el pasar de los ciclos volvimos a lanzarnos y nos lo tomamos muy en serio. Es así como gracias a las mentorías, la ayuda y las charlas que te da el Centro de Innovación pudimos ganar el segundo lugar. 

¿Cómo fue formar parte del concurso?

Yamilé: Fue bastante demandante porque, como menciona Gaby, en un inicio lo hicimos de manera muy apresurada. Sin embargo, para esta segunda oportunidad decidimos enfocarnos e ir por un premio, ya que era lo que iba a permitir que Encuentados crezca. Era muy emocionante, pero a la vez muy desgastante, porque son varias fases y pasas por personas que califican distintos factores, tal como la idea de negocio, el resumen ejecutivo y el plan de trabajo, hasta luego llegar al pitch final que fue lo que, yo considero, nos hizo ganar. 

 ¿Qué sintieron al haber llegado tan lejos y ganar un Gran Premio?

Gabriela: Emocionante, fue un sueño. Creo que todo el esfuerzo que le pusimos durante todas las etapas valió la pena y se vio el fruto en la presentación final. Nos emocionamos y lloramos, pero todo fue una montaña rusa, ya que durante el proceso tuvimos que afrontar distintos desafíos, como que el concurso se cruzara con finales. Recuerdo que era muy estresante, porque teníamos que estar pendientes de Primer Paso y a la vez de la Universidad. 

Yamilé: Eso fue lo más complicado, y el hecho de que seamos alumnas que estaban gestionando sus talleres, que son presenciales, y a la par estábamos postulando para el concurso con tantas fases, y aparte teníamos las responsabilidades de la Universidad… Es algo que a mi me gusta rescatar, ya que gracias a nuestro esfuerzo llegamos hasta donde lo hicimos. 

Cabe resaltar también que ambas son de diferentes carreras, ¿Cómo se complementan ambas profesiones en Encuentados?

Gabriela: En general creo que nos complementamos muy bien porque Yamilé ve la parte más psicológica de las sesiones y mis conocimientos, como estoy llevando la especialidad de Publicidad de la carrera de Comunicación, nos ayudan un montón y lo hicieron durante todo el proceso. También el curso de Gestión Empresarial, aunque muchos digan que no es útil, en mi caso sí fue bastante importante. 

Yamilé: Junto a Gaby nos encontramos en ese trance de pandemia. Cuando yo lanzo Encuentados sólo tenía mi don con los niños, pero lo que me faltaba era poder comunicarlo, tener una audiencia mucho más grande y una buena gestión en redes sociales. Es ahí cuando Gaby decide unirse al proyecto y  lo que me encanta de ella es que realmente apuesta por Encuentados y transmite la esencia que yo sentía desde un inicio. Entonces para mi encontrar a alguien de otra carrera, que era justo lo que me faltaba y que apueste por mi proyecto, ha sido increíble. 

Ahora están participando de GEMA ¿cómo decidieron formar parte de este programa? 

Gabriela: GEMA es un programa que recién están abriendo para emprendedoras femeninas cuyo objetivo es empoderar a chicas jóvenes que tengan un emprendimiento en fase inicial. A nosotras nos llegó un correo sobre esta nueva oportunidad y nos pareció muy interesante, porque nos brindan herramientas que nos sirven, no solo para Encuentados, sino también como personas, porque más allá de ver temas como finanzas, se enfocan mucho en el crecimiento personal. 

Yamilé: Analizando un poco el concurso y los participantes, la mayoría eran hombres y ahora que están haciendo este programa es también una concientización de que las mujeres también somos súper capaces de emprender. Tal vez no teníamos las herramientas, pero que estén apostando por nosotras creo que es algo maravilloso y lo que nos motiva del programa es poder ver a más mujeres que se atrevan a dar ese primer paso. 

¿Qué se viene para Encuentados en el futuro?

Yamilé: Se vienen muchísimas novedades. En primer lugar, nuestra aplicación, que es lo que estamos trabajando actualmente. Queremos llevar a más familias todo lo que tenemos en nuestras sesiones presenciales y poder digitalizarlo. Por otro lado, en un futuro esperamos tener nuestra casita de Encuentados para poder realizar nuestras sesiones y continuar creciendo en nuestros talleres y redes. 

Gabriela: Nuestro objetivo final es crear un ecosistema Encuentado. Queremos formar una comunidad muy fuerte y que más personas se preocupen por la salud mental infantil y la salud mental en general, ya que buscamos impactar tanto en los niños como en las familias y dejar así nuestro granito de arena. 

 ¿Qué es lo más difícil de emprender? 

Yamile: Creo que es un poco complejo el poder hacer que las familias sientan que vale la pena invertir en la salud mental y fuera del tema económico también lo hacemos para ayudarlos de manera más cercana. Que ellos puedan ir validando todo lo que nosotras hacemos ha sido un reto, y que puedan comprender nuestro propósito y lo vean como algo más que un taller de juego de niños ha sido un logro. 

Gabriela: En cuanto a emprender en general fuera de Encuentados, creo que siempre vas a tener errores y se aprenden de ellos. Por ejemplo, a nosotras nos ha pasado que en algunos meses no hemos llenado talleres, nos hemos frustrado y da ganas de tirar la toalla, pero lo lindo es ver que tu esfuerzo si vale la pena y que si está dando frutos. Al final de todos esos errores o tropiezos se aprende y eso es lo más bonito. 

¿Qué consejo le darían a los jóvenes emprendedores?

Yamilé: Que no se queden con el clásico “que hubiera pasado sí”… Somos jóvenes, tenemos la posibilidad de seguir creando y de buscar nuestro propósito, que uno nunca sabe cuando lo puedes encontrar. Yo creé Encuentados a los 19 años, no tenemos que esperar a ser mayores para poder hacer nuestro propio emprendimiento.

Gabriela: No tienes que tener una idea bien armada para empezar, nosotras empezamos con una que no estaba del todo aterrizada y en el proceso empezamos a ver otros tipos de perspectivas. Solo inténtelo y aprendan de sus errores. 

Escrito por: Alessa Basso

Su sueño siempre ha sido poder dedicarse en su totalidad a la literatura y con el nacimiento de “Crónica del Nuevo Génesis” puede sentir el inicio de este nuevo camino. En esta entrevista, María Gracia Morales, más conocida como Alexiel Vidam, comparte el origen de la idea que gestó esta novela de ciencia ficción, sus influencias y los desafíos de crear un mundo complejo que ya se vislumbra como el inicio de una saga.  Descubramos cómo ha sido el camino de la profesora de La Facu para poder crear un fascinante mundo, así como sus experiencias en ferias literarias y los consejos que tiene para escritores en ciernes.

Felicitaciones por la publicación de tu novela “Crónica del nuevo génesis” ¿Cómo nació la idea de escribir un libro de ciencia ficción?

Escribo desde muy chica y disfruto todo tipo de historias, siempre me ha gustado especular sobre qué podría pasar más adelante y últimamente he tenido más interés en la ciencia ficción, especialmente las distopías y el género cyberpunk. Uno de mis libros favoritos es 1984, de George Orwell, y en verdad la idea de “Crónica del nuevo génesis” surgió hace muchos años cuando estaba en el colegio. En una clase empezaron a hablar sobre los experimentos humanos que se realizaron durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría y eso me llamó mucho la atención. Es ahí donde surge la semilla para esta novela, que ya se está convirtiendo en una saga porque tengo una spin off escrito y estoy trabajando en una continuación. 

¿Cuántos libros tienes planeados para la saga? 

Los que salgan, siempre y cuando no se malogre la historia.  Estoy en contra de explotar un relato hasta el punto en que ya no gusta o se pierde la esencia, pero siempre que haya algo interesante que contar sobre el universo del Nuevo Génesis sí me gustaría desarrollarlo todo lo que se pueda, 

El libro “Crónica del nuevo génesis”  explora nuevos mundos, nuevas tecnologías, personajes de “otro mundo” ¿cómo es el proceso de escribir una obra de ese calibre? 

En verdad se parte de la idea de que cualquier tipo de ficción puede ser realista. Como te menciono, la primera semilla se dio desde que escuché sobre los experimentos humanos que sí sucedieron en la realidad y luego eso lo fui mezclando con cosas que he visto o historias más comerciales que he leído de este género. Además, esto nace de mis influencias y de todo lo que yo he investigado, y si hay algún consejo que puedo dar para poder manejar un mundo tan complejo, es crear una guía del universo, porque si no te pierdes.

¿Cómo te sientes al ver que una novela que vienes trabajando hace muchos años ya es una realidad? 

“Crónica del nuevo génesis” es un libro físico y digital, por lo que también se puede conseguir por Amazon. También hemos tenido una primera presentación en la Feria del Libro Ricardo Palma y este 30 de enero vamos a tener una segunda en Crisol del Jockey Plaza, así que se siente súper y lo veo como un paso sumamente importante. Ya he publicado otros libros antes, pero con este espero poder cumplir este sueño de dedicarme de lleno a la literatura. 

¿Cómo es el proceso para llegar a una editorial y que te publique?

Es tocar muchas puertas y aceptar que pueden surgir muchas cosas en el camino. He tenido una experiencia con una editorial con la cual tenía un contrato firmado y luego por una diferencias el mismo se disolvió. Sin embargo, es cuestión de no rendirse. Es difícil, porque muchas editoriales buscan autores que puedan autofinanciarse y el Perú es un país que invierte poco en el arte. Decidí firmar con Torre de Papel porque vi que ellos tenían mucha experiencia trabajando con ciencia ficción y porque me ofrecían bastante visibilidad, tal como moverme en ferias nacionales, algunas a nivel de Latinoamérica, y hacer el contrato para la edición de Amazon. 

¿Tienes otras ideas más allá de “Crónica del nuevo génesis”?

En verdad estoy escribiendo todo el tiempo, tengo relatos que han participado en concursos y otros que están buscando su oportunidad, pero en cuanto a publicación estoy muy metida en “Crónica del nuevo génesis”. Pienso que es lo que me puede hacer más conocida y abrirme las puertas para vivir de la literatura. Sin embargo, sí tengo varios relatos que no han sido publicados todavía e inclusive estoy llevando una segunda maestría en escritura creativa y todas mis tareas son escribir historias.

Escribir un libro con una historia tan compleja debe incluir también bloqueos literarios ¿Los has tenido en el proceso de esta obra? 

Cuando estaba estudiando el spinoff, había una escena de acción que me estaba costando imaginar, pero lo chévere es que cuando tienes estos problemas y tú estás constantemente creando, las soluciones llegan. Recuerdo que no sabía cómo trasladar a un personaje de un punto a otro de manera estratégica y estuve varios días así hasta que empecé a hacer unos bocetos tipo croquis y llegué a la solución. 

¿Cómo nació ‘Alexiel Vidam’?

Cuando tenía 16 años escribí una historia que era prácticamente autobiográfica con ciertas libertades y la protagonista era Alexiel Vidam. Alexiel es el nombre de un ángel caído y me gustó. Además, en esa época estaba muy pegada con las series de anime y había una con un ángel de forma femenina que me encantaba y mis amigos me decían que el personaje era muy parecido a mi. Me gustó mucho el concepto, le di vuelta y salió Alexiel Vidam. 

En esa época yo  ya escribía para concursos de literatura y siempre te piden un seudónimo, Alexiel Vidam  se convirtió en el mio y todo el mundo me empezó a decir así. 

¿Qué consejo le darías a los futuros escritores?

Primero leer, leer y leer, porque eso te da todas las herramientas que necesitas para crear una historia. En segundo lugar, ya varios escalones más abajo, consumir historias en otros formatos, porque son fuente de inspiración, al igual que estar muy atento al mundo que te rodea y tener donde apuntar cosas,  porque de todo se puede sacar una historia. 

Por último, ver el mundo desde otra perspectiva, como redescubriendo las cosas y vivir, viajar y tener muchas experiencias. Hay una infinidad de técnicas creativas, pero creo que esta es la base de todo.

Por: Alessa Basso 

En el vertiginoso mundo de las redes sociales, Flavia ha logrado no solo captar la atención de más de 100 mil seguidores entre Instagram y TikTok, sino también influenciar y motivar a una comunidad ávida de inspiración. 

Descubramos cómo esta joven creadora de contenido ha navegado por el mundo digital, equilibrando su vida como estudiante, trabajadora e influencer, y cómo ha encontrado el coraje para dar un salto hacia la independencia mientras busca innovar en nuevas plataformas como Twitch.

Flavia, con 22 años has logrado crear una comunidad de más de 100 mil seguidores entre instagram y Tik Tok ¿Qué se siente saber que influyes en tantas personas? 

Como un gran peso. Antes de subir algo a las redes sociales debo pensar o meditar cada cosa que voy a compartir porque al fin y al cabo comunico y las personas pueden tomar mi palabra como referencia. Sin embargo, también es súper bonito saber que de alguna manera ayudo o inspiro a mis seguidores aunque sea en un fragmento de sus días. 

¿Cómo empezaste en el mundo de las redes sociales?

Todo empezó como un emprendimiento en pandemia. Tenía mucho tiempo libre y uno de mis pasatiempos era hacer arte, por lo que decidí hacer unas cartucheras pintadas a mano con el cuadro de “La noche estrellada” de Van Gogh. Recuerdo que me salió más económico comprar la tela al por mayor y pensé que era una buena idea hacer varias para venderlas. Así empecé a publicar contenido en Instagram y Tik Tok sobre el producto y cuando me quedé sin stock seguí publicando para retener clientes. Luego de un tiempo me olvidé que la cuenta tenía como propósito vender y comenzó a ser una cuenta de motivación e inspiración.

¿Por qué decidiste hacer contenido de motivación e inspiración?

Creo que muy dentro mío sentía que estaba haciendo el contenido que necesitaba ver en redes sociales. De alguna manera, grabando ese contenido, me motivaba a mí misma y me ayudaba a ver el lado lindo de la pandemia. 

Fuiste una figura clave para muchas personas en un momento tan complicado como la pandemia, ¿Cuándo te diste cuenta que estabas llegando a tanta gente?

La verdad es un poco raro. Si bien es cierto empecé a crecer un poco en pandemia, no fue hasta después del Covid, cuando empecé a salir a la calle, que me di cuenta que en realidad sí había crecido. Las marcas me empezaron a invitar a sus locales, eventos o a probar sus productos y caí en consciencia de que me tomaban como un referente. Ganar seguidores en la pandemia era una cosa, pero postpandemia era verlo materializado.

Luego de la pandemia, ¿Cómo fue sobrellevar tu vida de estudiante, trabajadora e influencer? 

Publicar contenido sobre mi vida como practicante y estudiante fue un cambio porque normalmente compartía lo que pasaba dentro de mi cuarto. Recuerdo que empecé a mostrar más mi cara, lo que fue algo positivo porque me ayudó a desenvolverme y relacionarme mejor. Crear este tipo de contenido me ayudó a ver el lado bueno de estar tan ocupada, porque ser practicante, estudiante y creadora de contenido era algo difícil de balancear. El apoyo de las personas hizo que me sintiera bien conmigo misma.

¿Cómo lidias con el hate?

Mentiría si dijera que los comentarios negativos no me afectan. A veces cuando leo uno me quedo pensando por bastante tiempo y me pregunto “¿Por qué lo puso?, ¿Hice algo mal?”. Luego me doy cuenta que no puedo hacer nada. Soy consciente que la gente me ve porque le gusta mi contenido y existen otras a las que no. Pero así como hay comentarios negativos, otros me motivan a seguir y son la razón por la que sigo haciendo lo que hago.

¿Has pensado en abandonar las redes sociales?

Sí. Antes de tomar la decisión de ser independiente pensaba abandonar las redes sociales porque era demasiado difícil balancear todo.  

Tu faceta como influencer te ha permitido empezar una vida independiente a muy temprana edad ¿Por qué tomaste esta decisión luego de haber trabajado en el mundo corporativo?

Tomar la decisión de volverme independiente fue una de las catarsis más complicadas que he tenido en mi vida. Lo que más me motivó fue aprovechar el esfuerzo que había puesto en las redes sociales ahora que soy joven. Al fin y al cabo la vida es para tomar riesgos, decisiones y hacer lo que te haga más feliz, sobre todo después de una pandemia donde vimos que la vida se nos puede ir tan rápido. Si bien en el mundo corporativo me desenvolví muy bien, quería experimentar algo más.

Si pudieras decirle algo a la Flavia que recién se iniciaba en redes ¿que le dirias?

Le diría que no pare, que no tenga miedo, que no se compare. Las  personas te siguen por tu esencia así que sigue grabando contenido y no te detengas

¿Qué es lo más difícil de ser influencer?

Siento que hay dos cosas que son las más difíciles: primero, pensar constantemente en lo que vas a grabar y compartir. Nosotros compartimos mucho de nuestra vida y tenemos que pensar hasta qué punto llegar. También es difícil evitar compararse con otros influencers, ya que nuestro trabajo depende de cómo las personas nos ven.

¿Sientes que la carrera te ha ayudado a trazar este camino?

La carrera me ha ayudado sobre todo a la hora de comunicarme y transmitir bien el mensaje que quiero en mis videos. Además están los temas técnicos de edición, colores, diseños, sobreimpresiones, etc.

¿Por qué escogiste estudiar Comunicación?

La verdad no escogí Comunicación para ser influencer, lo hice porque me gustaba mucho el área de Publicidad y Marketing, el mundo de promocionar y conectar. Al final es un poco similar a lo que hace un creador de contenido, ya que somos marcas personales que conectan con personas 

¿Cuáles son los nuevos proyectos para Flaviando?

Ahora estoy empezando con Twitch. Añadir uno de los aspectos que más me gustan como los videojuegos es muy significativo. Llevo dos meses en este nuevo inicio y lo estoy disfrutando mucho. Siento que he recuperado al 100% esta pasión por editar y grabar.

¿Qué consejo le darías a una persona que quiere iniciarse en redes sociales?

Le diría que empiecen y no la piensen mucho. Buscar la perfección muchas veces te detiene. Una vez una jefa me dijo: “La perfección es enemigo de la productividad”, y eso cambió mi manera de ver las cosas. Yo era perfeccionista y eso me complicaba; sin embargo, hay que ser consciente que empezar es el paso más difícil, después le agarras el ritmo. No tengas miedo al qué dirán, al fin y al cabo es tu vida y estás haciendo lo que te gusta.

Por: Julio Andía

Destacar en el ámbito profesional no suele ser fácil. Convertirse en un especialista requiere de práctica y esfuerzo. La versatilidad y dedicación de Fiorella Lama le han permitido destacar en diversos campos del arte, la comunicación y la publicidad. La docencia, un desafío gratificante, se convirtió en una extensión de aquello que más ama: ayudar e influir positivamente en los demás.

Estudiaste odontología. ¿De dónde surgió tu interés por la comunicación?

Estudié odontología dos años. Lo hice pensando en la seguridad que me podía dar. Es algo que nos suele pasar a todos. Normalmente las decisiones que tomamos están ligadas a qué tanta tranquilidad puede generarnos en el futuro. No creo que haber cambiado de carrera haya sido un error, sino un aprendizaje. El éxito es relativo, solo logras mejorar cuando repites constantemente aquello que te hace feliz. Eso es lo que descubrí con la comunicación. 

Además de ser docente y publicista, hoy tu vida está bastante ligada al arte. ¿Alguna vez fue una opción estudiarlo?

He llevado cursos, pero para mí el arte es comunicar, la carrera de Comunicación conlleva esta parte artística. Mi trayectoria en este rubro nace netamente de la experiencia y de la pandemia por el COVID-19. Durante el confinamiento entendí que no hay que retrasar lo que nos apasiona. A veces nos detenemos por las opiniones o por las comparaciones que el resto pueda hacer. Después de la crisis sanitaria me di cuenta de que había interrumpido mis ganas de mostrar mi arte solo porque pensaba que otros eran mejores que yo. Comprendí que, al ser una expresión individual, es única y, por ende, no tiene comparación. He aprendido que es importante atreverse a hacer lo que a uno le apasiona, incluso sabiendo que puede no gustarle a alguien. Descubrí que quería expresarle muchas cosas al mundo. Encontré en el arte una manera de decir “aquí estoy” y prevalecer en la memoria de las personas. Es una forma de volverse inmortal.

 ¿Entonces buscas la inmortalidad?

Sí, porque la gente se queda con el mensaje que estás transmitiendo a través del color, del arte, de la historia, de la composición. Basta con que una sola persona se sienta identificada con lo que haces para quedar en la memoria del otro. Al final, no nos vamos de esta vida con los títulos o con la ropa, sino con las cosas que hicimos por otros y cómo lo vivimos intensamente.

Eres publicista, docente, artista y creadora de contenido, una mujer multifacética. ¿Cómo definirías a Fiorella Lama?

Estoy estudiando mi tercera maestría. Las dos primeras están ligadas a la publicidad, mientras que la última a la psicología. Sin embargo, pienso que las personas somos más que solo el título. Nos sentimos más ubicadas y valoradas en el mundo cuando la gente te aprecia por lo que entregas y por lo que eres. Soy alguien que se cuestiona constantemente, lo que me lleva a estar todo el tiempo experimentando cosas nuevas. Me considero bastante existencial. Mucha gente intenta aparentar que es perfecta, yo no lo soy. A diario me pregunto si lo que hago vale la pena, y hay momentos en los que siento que no. Justamente en esos días es cuando encuentro la motivación para intentar hacer algo diferente.

Eres una persona bastante inspiradora. Esto se refleja en que varios de tus estudiantes suelen grabar TikToks durante tus clases, capturando mensajes sumamente emotivos. ¿Cómo afrontas esa responsabilidad?

Debido a mi forma de ser tan intensa, soy bastante introspectiva y tímida, por lo que las actividades sociales siempre me han generado mucho nerviosismo. Aun así, siempre he dejado que mis alumnos sean libres en clase ya que uno de los retos que me propongo es ganarle a sus celulares. Nunca los obligo a apagarlos. Mi meta es que me presten más atención a mí que a sus teléfonos porque significa que le gané a sus redes sociales. No importa cuánto dinero ganas, sino el valor intangible de sentir que has ayudado a alguien. Entonces, al final, veo en Instagram o en TikTok que grabaron una pequeña parte de mi clase y digo “sí, hice algo por esa persona”. Independientemente de los títulos y de los roles que pueda tener, es algo que me llena mucho.

¿Qué consejo le darías a tus alumnos que te admiran y que buscan labrar su propio camino, ya sea en el mundo de la publicidad o del arte?

No hay ni grado universitario ni maestría que te quite el miedo. A veces solemos delegar en el tiempo lo que queremos lograr porque no nos sentimos capaces de conseguirlo. Decimos “me lanzaré cuando tenga mi título” porque nos da pavor no lograrlo. Es algo que me pasaba frecuentemente antes de la pandemia. El mejor consejo que les puedo dar es que no esperen a que el miedo desaparezca porque no sucederá. Es parte de lo que somos. En medio del intento de cuidarnos y de no salir lastimados, terminamos sobreviviendo, pero no viviendo. Hacerlo implica el riesgo de que, en ocasiones, las cosas salgan mal y acabes herido. Aceptarlo con valentía es lo que le va a ganar a ese sentimiento. Sin embargo, este temor debe existir para tener el impulso de verlo de frente y atreverte.

Escrito por: Alessa Basso Valladares

El famoso fotógrafo estadounidense Davin Alan Harvey dijo una vez: “No fotografíes las cosas como aparecen, hazlo según cómo las sientas”. Esta frase la aplican a la perfección los profesores Dante Pineda y Carolina Cardich, ya que la fotografía es la pasión de ambos. Tener una herramienta que les permita capturar momentos y transmitir emociones es lo que más les fascina, y esa adrenalina que sienten cada vez que exponen sus proyectos es única. El pasado 28 de setiembre, ambos docentes presentaron sus trabajos en el Pinta Baphoto, representando así al talento peruano. 

Felicitaciones por haber exhibido sus fotografías en Pinta Baphoto, la única feria de arte especializada en fotografía de Latinoamérica. ¿Qué se siente haber formado parte de este gran evento? 

Carolina: Es importante porque nuestros trabajos pueden llegar a los ojos de coleccionistas y del público en general que se reúne en torno a esta feria que, al ser la única que ha quedado en Latinoamérica, es la que representa a la región. 

Dante: Más allá de los coleccionistas, es un público que va a consumir fotografía contemporánea, latinoamericana. Es un paso muy importante en nuestra carrera como profesionales, fotógrafos y artistas. 

Después de haber participado en tantas muestras fotográficas y festivales, ¿se puede decir que se vuelve una “costumbre” o siempre es emocionante participar en nuevos eventos?

Carolina: La emoción siempre está. Conforme vas exponiendo en festivales y ferias te vas profesionalizando más y eso hace que te exijas con cada propuesta que entregas. La emoción e ilusión a la hora de exponer internacionalmente es algo que no se puede explicar. 

Dante: Las experiencias siempre son nuevas. Es más, creo que sería un poco penoso que se vuelva una rutina, significaría que algo ha muerto. El exponer constantemente te hace ver el nivel de los demás artistas y te ayuda para exigirte bastante. No te quedas donde estás sino que siempre avanzas. 

Hablando de los trabajos que ustedes han presentado en Pinta BAphoto, ¿Qué podrían decir?

Carolina: En mi caso, yo presento tres series. Una de ellas se llama “Tensión natural” y es una fotoescultura. Es decir, deja de ser la fotografía en dos dimensiones y pasa a ser un objeto, es un punto de quiebre en mi creación. También hay unas fotos de la serie “L´Animot”, la cual es muy importante para mí porque define mi camino en el arte. Por último, hay dos fotos de otro proyecto que se llama “Animal traces”  que tiene mucho que ver con el proyecto previo y en el que empiezo un camino con la intervención de la imagen. Entonces, podemos decir que estos tres trabajos son los más significativos. 

Dante: En mi caso han seleccionado imágenes que pertenecen a tres series diferentes. Yo siempre trabajo lo que es la cotidianeidad, lo cual me ha servido mucho para ver cómo va mi evolución a nivel personal con respecto al mismo tema. Las series que se presentaron son: “Cotidiano color”, que es un poco antigua; “La persistencia de la imagen”, que tiene que ver con los soportes y con la memoria; y una de mis últimas series que se llama “Algunos días”, que son fotos hechas con cámara instantánea. Lo genial es que son tres formatos diferentes que muestran la evolución de mi trabajo. 

Dante, ¿Por qué utilizas la fotografía analógica? 

Es parte de mi propuesta, me gusta mucho trabajar con el azar y con el factor sorpresa. Cuando trabajas con cámara analógica hay muchas cosas que tú controlas, pero también hay una cuota que es parte del azar. Se pasa por un proceso de revelado y puede haber ciertas fallas que, en algunos casos, te favorecen. 

Carolina, en tu proyecto “L´Animot” las fotografías se centran en animales. ¿A qué se debe esta inspiración?

En este trabajo me inspiro en un libro que se llama “El animal que luego estoy siguiendo” del filósofo Jacques Derrida. Aquí se cuestiona el lugar que le hemos asignado a los animales y a nuestra animalidad en la sociedad occidental.

Por otro lado, yo venía de un pregrado en ciencias, ya que antes de ser artista fui bióloga, y “L’Animot” es el proyecto con el que me gradué de la maestría en Artes. Este trabajo tiene un componente de naturaleza y a la vez hace referencia al mundo del que yo vengo (la biología) y a donde ahora me inserto. 

¿Cómo fue el cambio que significó pasar de la biología al arte?

Fue paulatino. Primero me fui volviendo fotógrafa documental, ya que en mi trabajo como bióloga viajaba muchísimo e iba documentando la naturaleza. En el camino me fui dando cuenta de que yo quería emitir un mensaje más mental y emocional con mis imágenes, no solo registrar lo que está frente a mis ojos, entonces ahí fue que decidí hacer una maestría afuera. Con esas herramientas me terminé de convencer a mi misma de que mi pasión era la fotografía y el ámbito de la expresión.

¿Qué significa la fotografía para ustedes?

Dante: Para mí es un medio de expresión en el que puedo depositar las cosas que pienso. Al final mis trabajos terminan siendo mi punto de vista frente a diversos temas y esa es una manera de vivir, no es solo un medio de expresión, sino que lo tengo muy cerca y es parte de mi vida. 

Carolina: Es un medio de expresión y el hecho de tener una herramienta que te lo permita es una especie de tesoro. Es una posibilidad de imaginar mundos posibles e imposibles, y de demostrar mi arte en cualquier momento, ya sea en una feria internacional o que quede solo para mí.

¿En algún momento la docencia ha sido inspiración para ustedes a la hora de tomar sus fotografías?

Carolina: Influye muchísimo. Para ser profesor se tiene que estudiar un montón, y al  preparar clases investigamos y ampliamos nuestro horizonte de referentes. Tenemos que estar al tanto con trabajos nuevos que quizá nunca antes habíamos visto y debemos hablar sobre ellos. Todo eso hace que encontremos más referentes y eso me motiva mucho para hacer nuevos trabajos. 

Dante: Tenemos que enriquecernos porque es parte de la docencia, y por otro lado, debemos tener la habilidad de comunicar de manera efectiva lo que queremos decir y transmitir. Nosotros comunicamos, entonces ejercitamos esa capacidad. También nos mantiene en contacto con cosas que antes no habíamos visto. 

¿Qué consejo le darían a alguien que se dedica a la fotografía y que quiere exhibir sus trabajos a gran escala?

Carolina: Que dejen a un lado sus prejuicios y que prioricen lo que disfrutan y quieren hacer. Yo creo que ninguna profesión, hasta la más vendible, es fácil, todos tienen que avanzar en una trayectoria. Si hacen lo que les gusta, la vida los va a llevar a que funcione bien, sea tarde o temprano.

En mi caso,  yo he cambiado de carrera, tenía 30 años, un trabajo estable en el mundo de la biología  y empecé de cero con la fotografía, entonces  hablo desde ese conocimiento. Un consejo es estar todo el tiempo mirando plataformas especializadas, postular a concursos, ir a ferias, exposiciones, leer fotolibros y empaparse del mundo fotográfico, sobre todo del exterior. 

Dante: Yo lo que diría es que si les gusta la fotografía, sigan con eso y procuren encontrar qué es lo que más les apasiona de ella. Este mundo es  muy amplio y uno primero encuentra su nicho, porque lo que sale más fácil y con más pasión sale bien. Una vez que encuentren eso, miren fotos, trabajos y hagan fotografía. Si te gusta, lo harás bien. 

Por: Julio Andía

El arte es esa expresión que tiene mil y una formas. Es aquella que puede materializarse a través de una guitarra, un mural, una fotografía o, incluso, un collage. Si alguien lo sabe bien es Caroline Cruz. La docente, pero por sobre todas las cosas artista, inauguró el pasado 21 de septiembre su quinta exposición titulada “Lo vital de crear imaginarios” y, con ella, nos transporta a un mundo en donde los colores, las texturas y las formas se mezclan entre sí.

¿Recuerdas tu primer acercamiento con el mundo del arte?

Fue en el colegio, a los seis años. Me escogieron para ser solista del coro. Al inicio, pensé que todos podían serlo, pero lo fui hasta quinto grado. Ahí me di cuenta de que había algo diferente, que yo era capaz de hacer o de crear algunas cosas que los demás no podían. Así fue mi primer acercamiento. Empezó con la música.

¿Cuándo te diste cuenta de que te querías dedicar al arte?

En tercero de secundaria, más o menos, empecé a escuchar la música trova de Silvio Rodríguez, un artista cubano, así como el rock latinoamericano y, posteriormente, el británico. Fue entonces que decidí armar una banda de rock. Me invitaron a formar parte de Cementerio Club, en el 96. Estuve con ellos dos años, pero no escuchaban la misma música que yo, así que me fui. Más tarde, ganaron La Lengua en MTV, mientras que yo emprendí un camino de solista como cantautora. He grabado tres discos que están disponibles en Spotify. Además, he participado de un proyecto de mujeres llamado “Cantautoras Peruanas”, el cual también se encuentra en la misma plataforma. Este año, lanzamos un álbum en tributo a Silvio Rodríguez. El problema es que en la pandemia no se podía ensayar ni grabar y, entonces, encontré un nuevo arte donde expresarme: el collage.

¿Podrías contarnos un poco más de eso?

Estar tanto tiempo frente a las pantallas me afectó mucho, así que busqué otra actividad manual. Exploré con la acuarela, con el bordado, con el tejido. De pronto, una amiga con la que me reunía virtualmente a leer poesía me contó sobre el círculo de collage al que asistía. Me encantó la técnica. Me parecía divertido e irreverente. Hay varios aspectos de composición que son parte de la carrera de Comunicación, como los materiales, las capas, los espacios que ocupaban los personajes y las texturas. Me atrapó hasta la actualidad.

¿Cómo definirías al arte?

El arte es una expresión subjetiva de una persona que se llama artista. El mensaje para la audiencia no siempre es claro. De hecho, muchas veces ni siquiera piensas en él. A diferencia de un comunicador, que tiene muy claro que el mensaje debe llegar a un destinatario específico, el artista no piensa en eso, está centrado en expresar su mundo subjetivo. Cada uno tiene su propio estilo: surrealista, expresionista, informalista, constructivista, barroco, renacentista. El público queda en un segundo plano. Para algunas personas, el arte es como dormir, respirar o alimentarse. El hecho de crear es parte de su vida cotidiana.

¿Cómo te definirías como artista?

Soy alguien creadora. Estos pensamientos que ocupan mi mente, que a veces me dan insomnio, de pronto aparecen y tengo que materializarlos a través de la música, el collage o la poesía. Así es mi vida de artista. Es un poco atormentada porque las ideas vienen y necesito aterrizarlas en un soporte, pero también es placentera cuando ves los resultados y puedes compartirlos con el público.

¿Se podría decir que está lleno de pasión?

Un montón de pasión, además de un flujo de creación y pensamientos que no paran. Siempre ha sido así desde que era una niña.

Hablando sobre expresarse artísticamente, ¿qué consejo le darías a tus alumnos que están atravesando un bloqueo creativo?

La sequía creativa se entrena. Durante años, yo cogía un lápiz o un instrumento musical porque estaba ocupada con la vida cotidiana. Sin embargo, eso no significa que no estés creando. Por ejemplo, en el mundo académico, me encanta investigar y el momento que más me gusta es cuando tengo que redactar un artículo. En ese proceso pongo toda mi creatividad, no inventando, sino seleccionando fragmentos de la literatura del estado del arte o interpretando los resultados de la investigación aplicada. Veo todo esto como parte de un proceso y eso me relaja. No todos los soportes son expresivos, también puedes crear en el ámbito académico o legislativo. 

¿Qué es lo que buscas cuando creas arte? ¿Tienes alguna intención premeditada?

Siempre hay un concepto que transmitir o una historia por contar. El storytelling está muy presente en mi obra debido a mi formación como comunicadora. Hay un protagonista, un evento específico y una situación que inicio, un desarrollo y un fin. Esta estructura ocurre tanto en las canciones como en la narrativa visual. 

En tu más reciente exposición “Lo vital de crear imaginarios”, ¿cómo abordaste el reto de plasmar y crear “imaginarios” a través del arte?

Trabajé con un poemario llamado “Reinos”, de Jorge Eduardo Eielson, donde cada poema es un reino. Empecé a trabajar e hice imágenes para cada uno de ellos. Ese fue el punto de partida. Me fue muy útil trabajar con estas ideas, ya que son disparadores creativos. Así empecé a crear los “imaginarios”. 

¿Qué mensaje buscaste transmitir?

El mundo fantasioso de los Reinos, ese es el mensaje que quiero transmitir. El concepto de la exposición es “vital”. Trabajé con mis dos colegas, Patricia Benavides y Adriana Pardo, pero cada una abordó contenidos diferentes. Lo que busco transmitir con Reinos es que se asemeja a la vida. Es decir, hay embarazos, partos, nacimientos, muertes, mucha incertidumbre, algunas certezas, mucha belleza y también fealdades. 

¿Qué fue lo que más disfrutaste del proceso?

Yo trabajo el collage de manera muy pausada. Solo lo hago una o dos veces por semana en un horario específico, generalmente los fines de semana, así que cada pieza es un trabajo de un mes. El proceso es lindo. Siempre lo hago con mi maestra argentina, Carolina Chocron, quien me da los conceptos técnicos de composición, color, capas, materiales y texturas. Disfruto mucho de trabajar con alguien que me guíe, y me encanta hacerlo en pareja o, incluso, en grupos.

¿Entonces dirías que el arte es colectivo?

Para mí, es como jugar a las escondidas. En la música, cuando estás con tu banda de amigos, no es necesario hablar. Cada uno toca su instrumento y, de manera espontánea, van construyendo música. Lo mismo pasa en el ámbito visual. Si bien es más individual, en la pandemia se trabajó mucho a través del soporte virtual; aun así, todos estábamos creando. En la exposición “Lo vital de crear imaginarios”, mis colegas y yo hemos hecho una obra colectiva que tiene 170 piezas pequeñas. Cada una de nosotras se llevó una cantidad de estas piezas a su hogar y tuvimos seis consignas: había que buscar ojos, piernas, paisajes, animales, texturas y cuerpos humanos. Luego, empezamos a reunir todos estos conceptos. Es igualito a estar en una banda de rock, es jugar con buenos amigos para crear algo entre todos.

Por: Julio Andía

¿Te imaginas viajar a París para aprender sobre las mejores marcas de lujo del mundo acompañadas por algunos de los profesionales más preparados de la industria? Pues Paula Alpún y Flavia Porras hicieron realidad ese sueño y volaron hacia la capital francesa para participar en el Bootcamp Luxury Creativity and Business, celebrado entre el 26 y 30 de junio.

¿Cuál fue el proceso que atravesaron para cumplir el sueño de ir a estudiar a París?

P: Nos inscribimos en la Sala Internacional, pues ahí lanzaron la convocatoria, y fuimos escogidos para hacer un curso de corta duración en París sobre Management and Business.

F: Tuvimos un insight sobre la industria del lujo, que en Perú no es tan vigente; en París, en cambio, es la cuna de este mercado. Pudimos ver de cerca cómo trabajan las marcas. Éramos seis alumnos, todos de la carrera de Comunicación.

Llevar un curso en el exterior no es una tarea sencilla, especialmente cuando se trata de Francia que posee uno de los mercados más competitivos del mundo. ¿Cómo afrontaron esta experiencia?

F: Los conocimientos recibidos en la universidad nos sirvieron bastante. A veces uno pensaría que no, porque parece una industria más complicada, pero cursos como estrategias de marketing o comportamiento del consumidor ayudan bastante. Nunca dejas de ver esa teoría, incluso con las grandes marcas.

P: Quiero resaltar que éramos los únicos de pregrado. Todos nuestros compañeros habían hecho sus maestrías o estaban haciendo una en moda o en marketing. Había un pequeño desfase, pero no era nada que no pudiésemos resolver en ese instante con su ayuda y las herramientas que nos brindaba el mismo curso. Fue una experiencia muy interesante y nueva, pero a la vez enriquecedora.

¿Cuáles fueron las experiencias más interesantes y enriquecedoras que vivieron?

P: Poder conocernos y cuidarnos entre nosotros fue también un aprendizaje. Los seis conectamos al toque y pudimos sortear todos los problemas que hubo a nivel personal. Por el lado académico, teníamos ese pequeño desfase porque todos venían de másters y alcanzar su nivel nos costó unos días, pero luego pudimos resolverlo.

F: En el tema personal, nos conocimos un día antes de viajar, pero congeniamos bastante rápido desde el día que tuvimos la reunión. En el tema académico, había personas que estaban más adelantadas porque venían de la maestría; sin embargo, creo que también fue enriquecedor que nos agruparan de forma aleatoria.

P: Pudimos establecer bastantes redes de contacto. Conocimos gente de todos lados con diferentes experiencias, a quienes también les dimos nuestro aporte.

¿Cuáles fueron los mayores retos que afrontaron durante el viaje?

F: Que no tuviéramos tanto tiempo para prepararnos hizo que fuera algo espontáneo. Al llegar, enfrentamos muchos desafíos como aprender a movilizarnos, cómo vamos a vivir,  lo que íbamos a hacer… pero lo logramos porque éramos una manada. A nivel académico, en el Perú la industria del lujo no está tan presente. La mayoría de participantes en el curso venía de otros países de Europa, de Sudamérica había muy pocos, quizás porque era algo nuevo. El reto pudo haber estado ahí. Lo importante es que lo superamos y presentamos un buen proyecto.

P: A nivel personal, necesitábamos conocernos muy rápido porque viajamos al día siguiente. El mismo proceso para participar en este Bootcamp fue bastante veloz. Preparar todo el viaje fue un reto porque debíamos compaginarlo con la universidad. Muchos no solamente teníamos los estudios y el curso, sino también nuestros trabajos. Fue muy caótico intentar salir a conocer la ciudad por las noches y avanzar con nuestras entregas para el Perú. A pesar del reto, fue divertido porque estábamos los seis y nos pasaba algo, nos apoyábamos. En el ámbito más académico, como la industria aquí no está muy asentada, representó un aprendizaje nuevo. Pese a nuestros conocimientos de marketing, de algún modo fue empezar desde cero.

¿De la mano de qué tipo de profesionales aprendieron durante el viaje?

P: Eran dos ponentes que nos daban las clases intercaladas. Un día lo hacía Alaín y otro Anne, aunque había momentos en los que los dos hacían las clases. El primer día nos dieron su hoja de vida para presentarse y nos dimos cuenta de que eran unos capos. 

F: Más que profesores, eran unos expertos en la industria del lujo: personas que tenían años de experiencia trabajando con las grandes marcas. El hecho de que estén ahí con nosotros contándonos todos los secretos, ha sido probablemente lo más enriquecedor.

P: En las mañanas teníamos clases teóricas y en las tardes salíamos a hacer un trabajo de campo. Cuando ellos nos acompañaban, se notaba que sabían todos los detalles y los secretos que siempre hay dentro del luxury. Alaín trabajó diez años en Dior, luego pasó a ser el jefe de retail en Nina Ricci. En las clases se notaba la pasión y toda la experiencia que cargaba en sus hombros.

¿Con qué mensaje resumirían su viaje?

F: Respecto al curso, diría que el marketing te crea la necesidad del lujo a través de una experiencia. A la esta industria no le interesa tanto venderte el producto, sino transformar toda la experiencia en algo que tú quieras consumir porque te va a dar cierto bienestar. 

P: A nivel personal, lo resumiría en “crecimiento”. Para algunos de nosotros era la primera vez que viajábamos solos. Hemos formado una familia en menos de siete días y poder estar allí todos juntos ha sido muy bonito.

¿Cómo impactará esta experiencia en París en su desarrollo como comunicadoras?

F: En los cursos de marketing hemos aprendido sobre muchas marcas de distintas industrias, pero tener la oportunidad de estar en París e ir a conocerlas acompañadas por los ponentes es definitivamente lo que más impacta. 

P: Haber estado tan cerca de las marcas de lujo fue algo muy enriquecedor. Además, hemos creado una red de contactos muy interesante. Había gente de muchas partes de Europa, que además eran muy geniales con nosotros. 

F: Incluso el contacto con los mismos ponentes fue algo muy enriquecedor. Es una oportunidad que, si no hubiéramos ido, no la tendríamos.

¿Recomendarían al resto de estudiantes postular a este tipo de viajes?

P: Si tienes la oportunidad, hazlo. Quizás puede ser un costo algo elevado, pero realmente vale la pena. Vas con personas de la Universidad de Lima, así que fortaleces ese vínculo. También creas red de contactos y, aparte de eso, aprendes de cosas que no vemos tanto aquí, pero que allá es un mundo mucho más presente. Entonces, si tienes esa visión de poder trabajar en algún momento fuera del país, sabrás desenvolverte mejor o ya vas a conocer esa temática y no estarás tan desfasado en ese rubro. 

F: En lo académico vale totalmente la pena. Es la oportunidad de tener conocimiento de una industria que no está tan presente en Perú o en general en Sudamérica. Además, es la ocasión de tener una nueva red de contactos de países de Europa, que quizás es algo que no lograrías si no fueras a este curso. En el ámbito personal, tener la experiencia de viajar con gente de tu universidad, vivir momentos inolvidables, conectar con personas que quizás has estado estudiando todo ese tiempo con ellos y no te habías dado cuenta, ha sido una de las cosas más bonitas. Entonces, sí recomendaría al cien por ciento participar de este tipo de actividades.

Por: Alessa Basso Valladares

El ámbito de trabajo del periodismo y la gestión de la información va más allá de los medios tradicionales. En la especialidad de Periodismo y Gestión de la Información, los estudiantes se sumergen en el manejo de la información en todas sus formas, desde el trabajo noticioso hasta la producción de contenidos audiovisuales en diversas plataformas.

Eduardo Lavado, coordinador de la especialidad, destaca la importancia de adaptarse a los nuevos formatos digitales y a la demanda de productos multitasking. Los periodistas de hoy no solo se centran en la prensa escrita, sino que exploran campos como las redes sociales, los podcasts, los blogs y YouTube. Además, Lavado enfatiza que todos los estudiantes tienen la oportunidad de participar en Nexos, la plataforma de La Facu, para escribir y generar contenidos, independientemente de su especialidad.

¿De qué trata la especialidad de Periodismo y Gestión de la Información?

La especialidad está dedicada a todo lo que es el manejo de la información, bien sea el trabajo de noticias, reportajes, crónicas, producción de contenidos audiovisuales y el tratamiento de todo aquello que podría difundirse en múltiples plataformas. El periodismo es el manejo de los contenidos informativos como ha venido ocurriendo desde tiempos muy antiguos, y que sigue vigente hoy en día.

¿Cuáles son los cursos que se llevan en la especialidad?

Además de los cursos comunes que indica la malla, existen otros dedicados al desarrollo de géneros como los talleres de reportajes y entrevistas, y aquellos donde se manejan los formatos digitales, la producción audiovisual y la opinión pública. 

Hoy cualquier plataforma pide productos multitasking, es decir, que al generar un reportaje escrito, también se piense en un video o en un carrusel. Si se quiere un curso específico de prensa escrita, los talleres de reportaje y de crónicas y entrevistas son claves para este tipo de contenido.

¿En qué ámbitos trabaja un periodista?

El ámbito laboral en materia de periodismo no se restringe a los medios tradicionales. En este momento hay una gran necesidad de nuevas visiones de jóvenes que traen contenidos frescos a nuevas plataformas que antes eran solo un soporte. Hoy tenemos experiencias en redes sociales que medios muy importantes están usando y que aquí también es necesario conocer y aplicar. También hay plataformas como podcasts, blogs o YouTube que permiten que haya campo para los estudiantes.  

¿Cómo un estudiante puede ser parte de Nexos?

Nexos es la plataforma de la Facultad dedicada a todos los estudiantes. Si bien hay un equipo que cada año se renueva y que hace prácticas remuneradas, siempre tenemos una convocatoria abierta para que cualquier estudiante, sea de la especialidad que sea, pueda escribir y generar contenidos.

Escrito por: Alessa Basso y Julio Andía 

En el marketing y en la publicidad hay un galardón que brilla con luz propia: los Effie Awards. Conseguirlo es una certificación del talento del ganador, así como de su creatividad y brillante estrategia. En el podio no es ninguna sorpresa toparse con Carlos Ramírez, ganador en múltiples ocasiones y un símbolo de éxito de nuestra casa de estudios. Obtener un Effie es el sueño de miles de jóvenes publicistas y marketeros. Para el docente de nuestra Facu, es solamente la confirmación de un gran trabajo en equipo. Tal vez esa sea la clave de su reiterado éxito.

Los premios Effie son uno de los reconocimientos más importantes del mundo de la publicidad y el marketing, y tú, últimamente, has logrado el Effie de bronce. ¿Cuál fue la clave para lograrlo?

Cuando preparas una campaña, no trabajas para ganar un Effie. Lo que buscas es apalancarte en una estrategia que permita cumplir objetivos y permitir que todo tu equipo vaya hacia la estrategia. Al final, el Effie es una consecuencia de haber logrado grandes resultados. 

A pesar de ello, es el sétimo Effie que recibes…

Sí. He ganado siete Effies en mi carrera, y siempre han sido con Oncosalud, del 2020 en adelante. Este nuevo Effie fue con la nueva marca de Auna Salud que se orienta a programas de salud en general. 

¿Cuáles son los anteriores Effie que has ganado?

He ganado tres Effie de oro con Oncosalud para la campaña “Desaparecer” (2019) y tres Effie de bronce para la campaña “El cáncer desapareció”, también con Oncosalud. Este último fue en el 2021.

¿Cómo es el proceso para obtener este reconocimiento cuando se compite con otras marcas de gran nivel?

A inicios de cada año, el Effie solicita que las marcas presenten sus casos en las categorías que crean convenientes. En base a eso, el Effie evalúa cada propuesta con un comité que, en una primera ronda, analiza los casos más relevantes según la categoría a la que se haya postulado. 

Con Auna postulamos a cuatro categorías y solo en una fuimos finalistas. Después te invitan a la ronda final que es la premiación que se realiza de manera presencial, y se compite con las mejores marcas del mercado porque lo que se reconoce son los resultados para el negocio a través de una comunicación de alto impacto, memorable y que ayude a construir a la marca.

En cuanto a esta última campaña, ¿cuál fue el enfoque creativo que los diferenció de la competencia?

Lo que buscábamos con la campaña “Somos lo nuevo en salud, somos Auna Salud” era generar un mensaje que fuera memorable y de fácil entendimiento para nuestro público objetivo. Posicionarnos como una marca accesible, que dispone de planes para todos y con la que cualquier persona se puede identificar. Asimismo, teníamos mensajes relevantes para un target, que, en este caso, era de un nivel socioeconómico medio y medio alto, para que se pueda ver reflejado y se afilie a Auna Salud. 

¿Qué rol desempeñaste en esta campaña? 

Yo soy jefe de marketing de Auna Salud y mi rol era definir la estrategia de marketing de la marca y su posicionamiento, y a la vez, de la mano con la Gerencia Comercial, verificar que todo coincida con los objetivos de negocio. Actualmente mi papel es ver la estrategia y que mi equipo se encargue de ese lineamiento. 

¿Cuál ha sido el reto más grande que has tenido que afrontar en esta campaña?

Cuando tu ves el Effie no ves el detrás, y hay todo un tema al respecto. Esta campaña estuvo a punto de no salir, tenía bajo presupuesto e incluso, cuando estábamos al aire, pidieron hacer ajustes. Esta es una tarea en la que todos los marketeros nos vamos a ver envueltos porque la publicidad es así, si tú no te adaptas a los cambios, no vas a poder trabajar en comunicación. Fueron muchas las variables que estuvieron alrededor de este caso, y por eso, para mí, es como un Effie de oro. 

¿Qué herramientas te dio haberte formado en la Facu y luego ser docente para poder competir en el mundo del marketing al más alto nivel?

Lo que me dio la Universidad es la visión estratégica. Aprender que no solo se trata de hacer algo creativo, sino también de que esto se enlace con un objetivo y una necesidad de posicionamiento como marca en construcción, y a los objetivos de negocio. Particularmente, siempre voy a estar muy agradecido con la Universidad de Lima porque, lo que soy actualmente, se lo debo a la formación que tuve aquí. 

¿Qué consejos le darías a los jóvenes que quieren trabajar en el mundo del marketing y la publicidad, y que desean ganar un Effie en un futuro?

El consejo que les daría es que cuando crean en algo, eso es posible. A veces tenemos esos clichés de decir que si intentas algo muchas veces, no es para ti, pero en publicidad tienes que intentarlo las veces que sean necesarias porque, si persigues algo, tienes que seguir yendo para adelante. En marketing nunca se deja de aprender. Siempre les comento a mis alumnos que tienen que prepararse y ser competitivos porque el mercado de hoy es mucho más exigente que el de hace algunos años. 

Escribe: Alessa Basso Valladares

Sentada frente al Centro Cultural UL, Nathaly nos espera alegre. Muestra una gran sonrisa, y mientras saluda a algunos compañeros, se acomoda para conversar. Cuando habla de sus logros académicos, no puede ocultar su orgullo. A un ciclo de terminar la carrera y con muchas expectativas para su futuro, tiene muy en claro que la comunicación es su gran pasión y que seguirá aprendiendo de ella. 

Felicitaciones por haber obtenido nuevamente la beca completa por ocupar el primer puesto en La Facu. ¿Siempre has estado en los primeros lugares?

Sí, desde primer grado de primaria he ocupado el primer puesto. Siempre me ha gustado estudiar y destacar académicamente, es una de las cosas que más adoro en el mundo y creo que todo viene a raíz de eso, de mi amor por el estudio. 

¿Por qué decidiste estudiar Comunicación?

Cuando estaba en el colegio, todo el mundo me decía que me anime a estudiar medicina, derecho o negocios, pero no me sentía muy atraída por esos mundos. Incluso hasta me planteé estudiar ingeniería porque pensaba que debía llevar esa carrera por mis notas. Sin embargo, siempre me ha gustado editar videos y cuando fui a una charla de Comunicación en el Open ULima, me enamoré de la carrera. Después de muchas dudas, me decidí por esta profesión y sé que, aunque me titule, voy a seguir aprendiendo. Me gustaría llevar mi profesión a un ámbito más multidisciplinario. Para mi proyecto de titulación estoy haciendo un videojuego en colaboración con IT Lab. Me alegra mucho poder combinar la carrera de Comunicación con la de Ingeniería de Sistemas porque también soy fanática de la tecnología.

¿Cómo fue ese primer ciclo en el que te informaron que habías alcanzado el primer puesto en la carrera?

Lleno de estrés y ansiedad porque mi meta desde que entré a la universidad fue quedar en primer puesto. Recuerdo que absolutamente nadie confiaba en que podía lograrlo porque una cosa era el colegio, y otra muy distinta la universidad. Ha habido mucho esfuerzo, sudor y lágrimas. Cuando me dieron la noticia, fue uno de los días más bonitos de mi vida porque la recibí junto con mi papá; después llamamos a mi mamá y nos pusimos a llorar. Fue un momento muy emotivo. Conseguir esa meta se convirtió en un hito en mi vida. 

¿Cómo lograste obtener un promedio perfecto (20) en los siete cursos que llevaste el ciclo pasado?

Algo que me sucedía en los primeros ciclos era que yo me enfocaba demasiado en tener las notas perfectas, pero no en disfrutar el proceso. A medida que iba avanzando, supe que eso era clave y me centré en ello, más allá de buscar resultados, y tal parece que fue un éxito. Empecé a disfrutar los trabajos en grupo, las exposiciones, incluso los exámenes; tanto que llegó un punto en el que me sentía tan contenta dentro de mi carrera que eso se vio reflejado en mis notas. Yo misma me sorprendí cuando vi mis calificaciones y que mi promedio era 20, un promedio perfecto fruto de la felicidad que sentía en las clases.

Y esa felicidad te ayuda ahora a mantener altas calificaciones…

No es fácil mantener un promedio así. Es un reto día a día y una meta que siempre tengo en mente. Lo primordial es saber organizarse. Estoy muy en contra de las amanecidas porque siento que no trabajo bien cuando me desvelo, y que además le hago daño a mi cuerpo y a mi cerebro, presionándolos para que terminen algo que, si me organizo mejor, podría concluirlo durante el día. Hay tiempo libre para disfrutar con los amigos y dedicarse al estudio. Soy partidaria de que si estudias algo es porque te gusta y puedes ser feliz haciéndolo. 

En la carrera de Comunicación el trabajo en equipo es primordial, y la calificación no depende solo de tu desempeño. ¿Cómo manejas eso?

En todo trabajo grupal tienes que ser empático. A veces van a presentarse situaciones en las que tus compañeros no van a tener el mismo desempeño. Ante ello necesitas ser humano y no buscar el beneficio propio. Siempre he tratado de ser empática y de sacar lo mejor de los demás. Si sabes que una persona es buena en algo, asígnale cosas en las que pueda desarrollar su potencial al máximo; por ejemplo, si a mi compañero le gusta diseñar, entonces que haga todo lo relacionado a eso. Esto implica saber identificar las virtudes de mis compañeros de grupo, algo que siempre trato de hacer. 

Personalmente, ¿tienes algún método de estudio?

Ha variado de ciclo en ciclo. Durante los primeros, cuando tenía pruebas más teóricas, me gustaba darle tres leídas a las lecturas: una de “escaneo” como para ver de qué va el tema, otra de análisis en la que resalto las partes más importantes y la última donde hago mi propio resumen. Lo importante es que uno mismo entienda su método de estudio. Más adelante, en cuanto a los trabajos prácticos, siempre he tratado de darle al profesor algo más de lo que pide. Trato de agregarle mi toque personal, una creatividad única que me represente. Siempre doy el 100% en todo lo que hago. 

A esta organización y forma de estudiar hay que sumarle también la vida laboral, ya que eres Directora de Distribución de Contenido en “Ningún Creativo”. ¿Nos puedes explicar cómo lo haces?  

Mi trabajo es una de las cosas más bonitas. “Ningún Creativo” es una compañía de diseño de contenidos audiovisuales y nos dedicamos a desarrollar proyectos como series, películas o trabajos digitales en donde nosotros creamos la idea para ser ofrecida a productores y distribuidores de todo el mundo. Trabajamos con compañías como Netflix, Amazon y Apple TV. Me encanta porque es un espacio en el que refuerzas el trabajo creativo y creas constantemente cosas nuevas que van a llegar a manos de otros. Sin duda, ver una idea desde que nace hasta que se convierte en un producto que consumen los demás, es una experiencia única. 

¿Cómo logras equilibrar tu vida laboral y académica?

Tengo la fortuna de que mi trabajo tiene un horario flexible, y por lo tanto, puedo organizar mis horas de estudio, trabajo y etc. Por otro lado, ambas cosas tienen mucho que ver con la otra. El ejercicio creativo lo tengo en mi mente y todo el tiempo estoy desarrollando ideas nuevas.

El próximo ciclo terminas la carrera y te espera todo un mundo de posibilidades. ¿Cuáles son tus planes?

Quiero desarrollar la comunicación en el mundo de la tecnología. Me gustaría innovar en la profesión y crear distintas maneras de llevar mensajes al usuario. Mi mente creativa no tiene límites. Sé que me falta mucho por aprender tanto en La Facu como fuera de ella.