Bailar, cantar y actuar son pasiones que muchos dejan de lado al iniciar una carrera, ya que encontrar tiempo para una actividad extracurricular puede ser difícil. Melannie Gustavson, estudiante de sexto ciclo, halló la forma de balancear su vida como alumna y artista. ¿Cómo lo hizo? Esta es su historia.
Escrito por: Alessa Basso Valladares
Entrevista realizada por: Sebastián Muñoz Galindo
Las princesas Disney fueron su inspiración. Verlas cantar, bailar, convertidas en estrellas, despertó en Melannie Gustavson su interés por el canto el cual, con el paso de los años, desarrolló profesionalmente. Pero no es la única disciplina que ha practicado en sus cortos 19 años. “Empecé con canto lírico, que es el estilo de la ópera, y actualmente me dedico al canto popular. En general, me apasiona el baile, el teatro y todo lo que signifique estar frente a las cámaras o a un público”, dice.
Su recuerdo más vivo de su faceta como cantante es su primera mentora, Charlotte Ushela, quien trabajaba en una organización llamada “Ópera en castellano”. Durante el 2016, Ushela se encontraba dirigiendo una obra a la que le hicieron un reportaje. “Yo salí en ese informe y el director de ‘Opera en Castellano’ me escuchó cantar y al poco tiempo me llamó. Mi primera presentación fue abriendo una gala en el centro cultural Ccoriwasi, a los 14 años”, comenta.
Era el inicio de su historia. Y Melannie no paró. En el 2018, abrió un concierto de ópera interpretando “Contigo Perú” en la época en que se palpitaba el Mundial de fútbol. Ese año, además, sacó su primera canción -“Ya no queda nada”- a través de distintas plataformas. “Ese tema es parte de mi transición a la música popular. Cuando empecé a estudiar ese estilo subía mis videos a las redes sociales. Un productor-compositor me vio y me contactó para sacar “Ya no queda nada” con mi voz”, recuerda.
Como muchos de nosotros, Melannie es una chica multifacética. El canto no es su única pasión, ya que también adora el baile y el modelaje. No obstante, el tiempo pasa y llegó el momento por el que todos hemos pasado: elegir qué carrera estudiar. Como es fácil suponer, las opciones que pasaron por su cabeza fueron múltiples. ¡Hasta pensó en estudiar derecho y medicina! Lo que sí tenía claro es que no quería dejar olvidada su faceta artística. “Nunca he descuidado mis estudios, tampoco el arte. Quería estudiar una carrera más creativa, abierta, y ahí fue donde descubrí comunicaciones. Fui a la universidad, me explicaron las especialidades y me encantó” ¿Quién dice que no existe el amor a primera vista?
La versatilidad de la malla curricular le permitió descubrir dos nuevas pasiones: el periodismo y las artes visuales. Aunque no fueron sus primeras opciones (cosa que probablemente nos pasó a muchos), gracias a los cursos electivos pudo darse cuenta lo que significaban para ella. “Entré a comunicaciones queriendo estudiar audiovisuales, pero algunos cursos de la especialidad no me gustaron”, reconoce. Gracias a “Nexos”, la plataforma informativa de La Facu, encontró el gusto por el periodismo y aunque su ingreso fue inesperado, agradece mucho haber llegado ahí. “Con Nexos me di cuenta que me gustaba el periodismo. También he descubierto que amo los diseños, el illustrator, el photoshop”, señala.
Del periodismo, Melannie rescata su importancia para mantener al público informado. “Hace falta saber cómo poner las cosas, hacerlo con criterio, para no caer en la subjetividad a fin de que las personas puedan generar su propia idea y opinión”. En el caso de las artes, cree que le permiten trasladarse a otra dimensión y expresarse completamente. Lo siente cuando elabora un diseño: “Por más que estés sentado frente a tu computadora, tienes una gama de herramientas a la mano que te dan las posibilidades para ser libre y creativo”.
¿Pero con tantas actividades, cómo mantener el orden durante el día? La fórmula es una sola y Melannie la conoce: “Requiere bastante organización y dedicación. Este ciclo no he podido armar un horario bonito, pero entre los huecos trato de avanzar mis cosas”.
Si algún consejo puede dejarle a sus compañeros de La Facu es no rendirse y perseguir sus sueños. “Sigan dándole por más que otros te digan que no puedes. Hay que saber a quién escuchar, eso te ayuda a conocer si estás haciendo algo bien”, indica.
En La Facu muchos estamos pasando por lo mismo que Melannie. Si quieres compartir tu historia, no dudes en contactarnos.
